Un domingo
en la tarde un grupo de personas se reunían para jugar un partido de fútbol, en
una de las canchas de la unidad deportiva Andrés Escobar. Uno de los asistentes
al partido invitó a un amigo suyo, identificado como Sebastián Ocampo, de 19 años, estudiante de economía, sin experiencia
en deportes. El joven rindió la siguiente declaración acerca del porque accedió
a ir al juego:” Yo acepté a ir a jugar un
rato porque no tenía nada que hacer en la tarde, sólo por eso”.
Al comenzar
el partido el joven fue dejado en la banca, a la espera de entrar en sustitución
de alguien. El momento llegó, pero tan pronto pisó el campo de juego, sin tener
la oportunidad de tocar el balón, fue recibido con un balonazo en la cara, justamente por el jugador mas atarban del otro equipo.
El atacante, identificado
como Walter Londoño, de 25 años ,se justificó por lo ocurrido argumentando lo siguiente :”Mis cálculos físicos me traicionaron. Eso iba era para el arco. Solo espero no haya ningún rencor por este pequeño
accidente”. Naturalmente, después de este hecho hubo momentos de
risa. El joven afectado
lloraba con sus manos sobre el rostro y se alejaba de la cancha renegando
contra su atacante de la misma manera que con la persona que lo invito, además
dijo lo siguiente:” a mí que no me
vuelvan a invitar a estas vueltas “. Afortunadamente no hubo alguna lesión
significativa más que la psicológica.
(Informó Cristian David Mariaca)
(Informó Cristian David Mariaca)
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