En
la tarde del domingo 20 de marzo dos jóvenes se disponían a encontrarse con un
compañero de estudio en su casa, en el barrio El Dorado de Envigado. Era la
primera vez que iban a la vivienda y ninguna de las dos conocía muy bien el
sitio. Luego de recibir las indicaciones las jóvenes se disponen a buscar la dirección dada; se ubicaron en la iglesia del barrio y
localizaron la que, según habían leído, era la calle en la que vivía su
compañero. Buscaban el número de la casa pero
notaron que este superaba a los números de casa que veía. “Yo sí notaba como muy perdidas a las muchachas, y cuando se acercaron
a preguntarme no supe qué decirles. Nunca había escuchado esa dirección”,
cuenta un vendedor de crispetas al que se dirigieron. Después de varios minutos
tuvieron que llamar al joven a que las recogiera y fue ahí cuando supieron que
habían leído mal la dirección. Era la calle DD y estaban buscando en la D.
(Informó Julieth Carolina Alvarado)
Es una historia que se hace graciosa porque considero que a la mayoría nos ha sucedido esto o por lo menos algo parecido.Es bueno saber que aunque no encontró la dirección llego a su destino muchos no hubieran tenido esa suerte.
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