lunes, 18 de abril de 2016

El hígado estaba duro. Por Carloman Marín

El lunes 21 de febrero, en el barrio Laureles, se presentó un incómodo suceso:  el joven estudiante universitario Carlomán Marín se disponía a probar la porción de hígado cocinado de su almuerzo. “Por más que intentaba cortarlo no pasaba nada, pero no estaba crudo” dijo el joven, a lo que dice que lo que más le molestó fue el observar repentino de doña Lucely Cano (dueña de la casa y quien prepara el almuerzo)  preguntándole que si estaba muy duro el hígado. “eso fue lo que más me molestó”  añade.  Él al responderle que sí, que estaba un poco duro. Pero ella afirma que ”¡como cocinó esa carne, casi una hora!”. Lo que muchos no saben, dice doña lucely, es que “yo no uso la pitadora” declaró para “porque eso le quita los nutrientes a la comida”. Mientras tanto, ahora joven Carlomán ya comprende el por qué de algunas comidas le quedan duras a doña Lucely, comenta con resignación.

 

 

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