jueves, 9 de junio de 2016

¿Qué decir del amor? Por: Dayanna Ramirez, Diego Cataño. y Natalia Caro.

El amor es un sentimiento que sólo lo podemos ver desde un punto de vista, ya sea positivo o negativo; donde los dos, siendo polos completamente opuestos, dejan un aporte por medio de nuestras experiencias que nos ayudan a crecer como personas. Nunca debemos negarnos a ellos, porque al igual en algún momento sentiremos algo muy inexplicable por alguien, y un sentimiento como ello, es difícil de controlar y, que nos pueden llevar a sentir muchas otras cosas mucho más profundas, como indiferencia, odio y hasta obsesión; y por esta razón, hay que tratar de entenderse a sí mismo y sus sentimientos.
Esto lo podemos manifestar como un sentimiento que tenemos por un familiar, un amigo que llevamos mucho tiempo o en el caso de una atracción inicial hacia una persona de la cual terminamos con sentimientos más profundos que una simple atracción física, y cuando ocurre esto es que manifestamos estar enamorados. El amor también lo podemos sentir hacia animales, objetos o cualquier otra circunstancia, en el cual lo manifestamos como aquel apego que tenemos hacia ello.
Para llegar a este sentimiento, es netamente necesario visualizar cualidades que no son susceptibles a la simple vista, es decir, ver mucho más allá de lo tangible y esto es algo a lo que nos invita el documental “ventana del alma”, ya que el amor es una faceta de nuestra cotidianidad en la que se ajusta perfectamente conceptos como la subjetividad de lo que vemos, ya que en este no hay objetividad real, como lo afirma Saramago (premio nobel de literatura), “Si Romeo hubiera tenido los ojos de un halcón, seguramente no se habría enamorado de Julieta, sus ojos verían una piel desagradable de ver. Porque la agudeza de los ojos del halcón no muestra la piel humana a como nosotros la vemos” siempre hay de por medio la subjetividad al momento de extraer aquella información que buscamos ver.
Aunque, la ciencia nos ha definido el amor como aquellos procesos bioquímicos, en los que están presentes hormonas como la serotonina, oxitocina, feromona, etc., indudablemente este se manifiesta en nuestro ser a otra persona o cosa, al ver en estos cualidades que a simple vista no percibimos y que otros semejantes probablemente no lo ven.
Para Abraham Maslow la necesidad de afiliación (Intimidad, afecto, intimidad sexual) se encuentran dentro de los parámetros indispensables para la autorrealización de todo ser humano; de tal modo que no es de extrañar que las personas en ciertas etapas de su vida busquen a alguien para suplir esta necesidad, es entonces cuando el amor se aparece en sus diferentes términos y facetas desde lo visto en la apariencia física hasta esos sentimientos, cualidades que sólo se pueden descubrir si se escudriña o se comparte con ese ser ideal.
En algunas ocasiones  hiere y decepciona a la persona enamorada debido a que no cumple con las expectativas esperadas, y cómo es de naturaleza humana es normal que tienda a perecer por diferentes circunstancias (por falta de empatía, de compromiso, de entrega sexual).
En la actualidad, los estereotipos sociales de belleza impartidos por la industria de la moda, la televisión, la música y el marketing se han convertido en el canal que nos ha enseñado a ver lo físico cómo parámetro determinante para fijarnos en una persona, sin tener en cuenta su mundo interno, es decir, lo que es cómo persona más allá de lo tangible. Por lo tanto, el amor siempre llega en el momento menos esperado, la mayoría de veces es por medio de las actitudes, su manera de tratar a los demás; pues, la verdad, el amor, es una cosa de locos, pero también es algo totalmente inexplicable y maravilloso, a pesar de las circunstancias negativas.
Es por esto, que el amor no es sujeto a la objetividad y es necesario visualizar cualidades que no son susceptibles a la simple vista, el cual requiere ver mucho más de lo que nuestros ojos observan.

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