Soy Jack, un estudiante de la
universidad, actualmente estudio Ciencias Políticas.
Antes vivía en un apartamento
pequeño, en un segundo piso. Tenía dos alcobas, una cocina y un comedor. Aunque había dos alcobas dormíamos en una. Solo teníamos un pasillo por
el cual pasábamos y un armario grande que no se podía abrir del todo por la
ubicación de dos camas y tres colchones. Mi Mamá y mi hermana dormían en una y mi papá en otra. Yo en
vez de cama tenía un colchón, en el
suelo.
Nadie dormía en la otra alcoba
porque se le oía mucho los carros que pasaban por las noches y no dejaba
dormir. Esa alcoba se utilizaba para planchar, secar la ropa –tenía un balcón-
y tenía un baño. En los días donde yo no estaba en el colegio jugaba en este
cuarto. No tenía muchos juguetes, solo esos, pequeños, que salían en los
yogures.
Con el tiempo fui combinando
diferentes objetos. Imaginaba que eran personajes de una historia. Uno de los
que fue especial para mí era la combinación de una silla de patas cortas, una
caja de legos encima de la silla y un bolsito de los que se amarran en la
cintura, enredado a la tapa de la caja de Legos: El bolsito era el cuello y la cabeza,
la caja de Legos, el cuerpo. La silla de patas cortas, las patas de lo que en
mi cabeza era el líder de toda una historia creada por mí. Tenía la forma de un
dinosaurio. Era inteligente, sabio, grande y con un gran sentido de la
justicia. Su nombre no lo recuerdo, seguro era raro y poco usado. Era mi
favorito, aunque hice otros personajes con otros objetos este era especial para
mí.
Un día mi mamá botó por error la
silla de patas cortas, la caja de Legos y el bolsito. Creyó que eran basura, pues
en ese momento estaban sucios. Me dijo que los puso en el poste al frente de la
casa. Salí corriendo a ver si estaban, pero no fue así. Salí a buscarlo. Pensaba
que a lo mejor el vagabundo que siempre pasa a esa hora lo tiene.
Habían pasado varias horas, tenía
hambre y cansancio, de caminar. En algún momento giré en una esquina y ahí
estaba el vagabundo con la silla de patas cortas, la caja de Legos y el bolsito.
Los había encontrado, estaba feliz, es como si esos objetos y yo tuviéramos una
conexión especial, como si mi mente inconsciente ya sabía el camino que tenía
de tomar. El vagabundo dormía, cogí mis objetos con la mayor delicadeza,
agilidad y silencio posible. Era de noche, me venció el sueño y me dormí en una
banca, en la calle.
Lo siguiente que recuerdo es
que mi mamá me levantaba, lloraba, preocupada. A su lado estaba mi papá.
Actualmente no sé qué habrá
pasado con esos objetos, lo que si se es que me importaban bastante y pasé
buenos momentos con ellos.
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