sábado, 20 de abril de 2019

Reencuentro. Por Alessandro Gallo Lara, 8-3


En un barrio dominado por las pandillas, el robo y la muerte,  vivía en una vieja casa abandonada, Rodrigo. Casa que estaba en medio de una guerra de bandas, lo que hacía que fuera casi imposible vivir ahí. Pero Rodrigo no quería irse de allí,  ya que era  el único recuerdo  de su hija Elisa, a quien tuvo que . entregar al Instituto de Bienestar Familiar, porque él no podía cuidarla. Fue en el tiempo en el que las pandillas se apoderaron del barrio, y su salud empeoraba.
De vez en cuando  hacia trabajos temporales, para ganar algo de dinero. No siempre le alcanzaba para comer. Hasta pensó en suicidarse, pero no lo hizo, porque tenía el sueño de volver a ver a su hija. Por eso, a veces, en vez de comida, compraba boletos de lotería.
El día del sorteo de la lotería solía ir a un bar a pocas cuadras de su casa, donde su amigo Andrés, que era el dueño, y le pedía que le pusiera la transmisión por televisión.
Con el tiempo, los boletos de lotería eran cada vez más caros y, a Rodrigo se le dificultaba más comprarlos, hasta que no pudo hacerlo; lo que hizo  que perdiera la esperanza de volver a ver a su hija.
Andrés sabía que Rodrigo no podía comprar más boletos y quiso comprarle uno para su cumpleaños. Ese día Rodrigo fue al bar de Andrés,  y éste le regala un boleto, que resultó ganador como pudieron darse cuenta durante la transmisión del sorteo, por televisión.
Rodrigo reclama su premio y después va al Instituto de Bienestar Familiar,  pero al preguntar por Elisa le dijeron que hacía cinco años había dejado el lugar.
Regresó al bar y le preguntó a su amigo
-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que empecé a jugar la lotería?
-Casi 15 años.
Rodrigo se sorprendió al oír esto, estaba tan centrado en volver a ver a su hija, que perdió la noción del tiempo…
-¿Qué puedo hacer ahora?
–Podríamos llamar a la gente de ese programa de reencuentros, he oído que son muy buenos
A Rodrigo le gustó la idea. Al contactarlos les dijeron que no tardarían más de un mes en encontrar a Elisa. Rodrigo compra ropa para que su hija no lo vea con la que tiene, rota. Y la guardó. Pasaron los meses y no encontraban a Elisa.
Rodrigo, discute con la gente encargada de la búsqueda y después se fue para el bar, pero al entrar, se desmayó.
Al despertar se dio cuenta de que estaba en un hospital, en esas escuchó a su amigo Andrés hablando con un doctor, que le dice
-su amigo está muy débil, al parecer lleva demasiado tiempo sin comer y es poco probable que sobreviva.
Al escuchar esto se puso muy triste, no podría volver a ver a su hija de nuevo. Ya a  punto de morir, sintió a una persona abrazándolo y cuando abrió los ojos vio a una niña, él pensó que por fin pudo ver a su hija, que pudo cumplir su sueño y que podría morir en paz.
La niña salió de la habitación,  después de la muerte de su padre y Andrés le preguntó -¿de verdad eres la hija de Rodrigo?- y la niña le respondió: -no, en realidad soy su nieta, mi madre murió hace dos años en un accidente de avión.

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