En un
barrio dominado por las pandillas, el robo y la muerte, vivía en una vieja casa abandonada, Rodrigo.
Casa que estaba en medio de una guerra de bandas, lo que hacía que fuera casi
imposible vivir ahí. Pero Rodrigo no quería irse de allí, ya que era
el único recuerdo de su hija
Elisa, a quien tuvo que . entregar al Instituto de Bienestar Familiar, porque
él no podía cuidarla. Fue en el tiempo en el que las pandillas se apoderaron
del barrio, y su salud empeoraba.
De vez
en cuando hacia trabajos temporales,
para ganar algo de dinero. No siempre le alcanzaba para comer. Hasta pensó en
suicidarse, pero no lo hizo, porque tenía el sueño de volver a ver a su hija. Por
eso, a veces, en vez de comida, compraba boletos de lotería.
El día
del sorteo de la lotería solía ir a un bar a pocas cuadras de su casa, donde su
amigo Andrés, que era el dueño, y le pedía que le pusiera la transmisión por
televisión.
Con el
tiempo, los boletos de lotería eran cada vez más caros y, a Rodrigo se le dificultaba
más comprarlos, hasta que no pudo hacerlo; lo que hizo que perdiera la esperanza de volver a ver a su
hija.
Andrés
sabía que Rodrigo no podía comprar más boletos y quiso comprarle uno para su
cumpleaños. Ese día Rodrigo fue al bar de Andrés, y éste le regala un boleto, que resultó
ganador como pudieron darse cuenta durante la transmisión del sorteo, por
televisión.
Rodrigo reclama
su premio y después va al Instituto de Bienestar Familiar, pero al preguntar por Elisa le dijeron que hacía
cinco años había dejado el lugar.
Regresó
al bar y le preguntó a su amigo
-¿Cuánto
tiempo ha pasado desde que empecé a jugar la lotería?
-Casi 15
años.
Rodrigo
se sorprendió al oír esto, estaba tan centrado en volver a ver a su hija, que
perdió la noción del tiempo…
-¿Qué
puedo hacer ahora?
–Podríamos
llamar a la gente de ese programa de reencuentros, he oído que son muy buenos
A
Rodrigo le gustó la idea. Al contactarlos les dijeron que no tardarían más de
un mes en encontrar a Elisa. Rodrigo compra ropa para que su hija no lo vea con
la que tiene, rota. Y la guardó. Pasaron los meses y no encontraban a Elisa.
Rodrigo,
discute con la gente encargada de la búsqueda y después se fue para el bar, pero
al entrar, se desmayó.
Al
despertar se dio cuenta de que estaba en un hospital, en esas escuchó a su
amigo Andrés hablando con un doctor, que le dice
-su
amigo está muy débil, al parecer lleva demasiado tiempo sin comer y es poco
probable que sobreviva.
Al
escuchar esto se puso muy triste, no podría volver a ver a su hija de nuevo. Ya
a punto de morir, sintió a una persona
abrazándolo y cuando abrió los ojos vio a una niña, él pensó que por fin pudo
ver a su hija, que pudo cumplir su sueño y que podría morir en paz.
La niña salió
de la habitación, después de la muerte
de su padre y Andrés le preguntó -¿de verdad eres la hija de Rodrigo?- y la
niña le respondió: -no, en realidad soy su nieta, mi madre murió hace dos años
en un accidente de avión.
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