sábado, 20 de abril de 2019

El idioma de los Dioses. Por Santiago Nieto, 10-1.


Un día, sentado en mi cuarto, sin hacer nada y con una gran crisis existencial encima, me dio por ponerme a buscar cosas nuevas. No hallaba nada interesante…ya me estaba quedando dormido cuando a lo lejos escuché una melodía. No sabía de dónde venía. Se me hacía que era un vecino raro que vive en el mismo edificio y que se mantiene con su equipo de sonido a todo volumen 24/7, tooodo el año.

La verdad, es un agradable sujeto. Vive feliz. De personalidad descomplicada, pelo largo con trenzas, súper enredado, parece un pajar. Viste súper bien.

En la noche salí. Estaba deprimido. Justamente él también salía. No sé por qué pero le pregunté por qué siempre estaba feliz. Él  con toda la confianza del mundo me respondió, con voz gruesa, como de locutor: ”ven y te muestro chico. Tal vez lo que te voy a mostrar  lo habrás escuchado alguna vez en tu vida, pero no como yo lo hago. Asé que ven, te invito a mi apartamento”.

La verdad, cuando lo escuché me dio un poco de miedo. No puedo negar que me alborotó la adrenalina, y con mi depresión y sin nada qué hacer, acepté su invitación.

Entré a su apartamento, todo normal. Él me dijo: “todo muy normal ¿eh?, acompáñame al mejor lugar de esta casa, mi cuarto; acá conocerás “el idioma de los dioses”. Así que fui. La verdad, estaba preparado con todas las de la ley para salir corriendo, después de pegarle tres patadas ninjas en la cara del sujeto.

Al entrar, vi su cama y un equipo de sonido, al lado de a unas diademas “beats” blancas, como 80 mil discos de acetato, afiches por todas partes y uno muy grande de Bob Marley. Nada más. Me dijo: “siéntate”. Le hice caso como si estuviera entrenando a una mascota. Me preguntó:”¿Quieres hacer  un poco de ruido?”. Con un nudo en la garganta dije: “sí, ¿por qué no”? Así que cerró la puerta (se me pusieron los pelos de punta), cogió un vinilo y lo introdujo en su equipo de sonido, le subió el volumen al máximo y empezó a sonar “dont worry,be happy”, de Bob Marley. Me pidió que me concentrara en su letra, que si tenía algún problema de depresión o algo similar que intentara solucionar todo por un momento con su letra, que reflexionara con cada párrafo y sobre todo, con el coro.

Fue así que logré identificar con la canción mi depresión y aquellas vibras malas. La verdad, cuando terminé de escucharla sentí un breve alivio, una carga de buena energía en mi alma. Entendí por qué el sujeto vivía feliz, algo que no es común en mi mundo.

Quedé asombrado pues la verdad ¿quién no ha escuchado esta canción?  Una Vez la escuché y de unos dos minutos de reflexión, el sujeto me dice: “¿y qué pasaría si te dijera que en verdad la canción no duró 3 minutos 50 segundos, que esa es aproximadamente su duración, sino dos horas? y que en esas dos horas no estuviste aquí, en mi cuarto, sino en otro mundo ,fuera del tuyo, donde eras feliz ,donde todo era bonito…? ¿Qué pasaría donde te dijera que puedes hacer esto un millón de veces con las diferentes millones de canciones que existen? Y que cada cantante es un Dios que habla a través de sus canciones, cada idioma es un estado de ánimo plasmado en letras tratando de sacarte de lo que ellos han vivido e incluso peor, con el fin de darte una vida sabrosa, créeme que de verdad que eso es lo que realmente describe a un Dios“.

Post Data: mi “Dios” favorito es Bob Marley.

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