martes, 6 de septiembre de 2016

Jojo, Historia de un saltimbanqui, Por: Daniel Julián Usma Franco – Reseña Crítica

Michael Andreas Helmuth Ende, escritor y dramaturgo alemán, nació en Garmisch-PartenkirchenAlemania, el 12 de noviembre de 1929; hijo de un padre pintor surrealista y una fisioterapeuta, desde joven tuvo influencias del ambiente artístico y bohemio, debido a la ocupación de su padre; esta influencia resaltaría después en sus obras, principalmente fantasiosas y dirigidas al público infantil. Entre 1947 y 1950 estudió interpretación en Munich, para luego comenzar a escribir relatos de corte infantil y juvenil. Luego de trabajar como guionista, actor y escritor de críticas cinematográficas, viene en 1960 su obra más reconocida, Jim Botón y Lucas el Maquinista, novela fantástica con la que ganó el premio al mejor libro alemán del año para público infantil. En 1962 publica la segunda parte, Jim Botón y los 13 Salvajes. Algunas de sus grandes obras han sido llevadas al cine, tales como Momo (1973) y La Historia Interminable (1979), esta última con algunos cambios, lo cual no fue del gusto del autor.

En 1982, Michael Ende nos trae la obra de teatro Jojo: Historia de un Saltimbanqui; en esta obra, Michael Ende nos sumerge en la historia de un grupo de saltimbanquis, o artistas circenses, a quienes la “mala suerte” (como ellos mismos lo expresan) los lleva casi a la ruina, por lo que los encontramos reunidos en un solar, a la espera de que las grandes máquinas de construcción inicien los trabajos para la ampliación de una planta química industrial. Jojo, el payaso del circo, es un hombre de alrededor de 50 años, despistado y olvidadizo, pero de buen corazón. En representación de los Saltimbanquis, Jojo se reúne con los directivos de la industria, buscando una solución a sus problemas; ya nadie en el país gusta de los circos, pues en la televisión han visto trucos y actos mil veces mejores, no dejando cabida para un grupo de saltimbanquis de poca calidad. Al volver Jojo con sus compañeros, les cuenta que se les ofrece un contrato para promocionar los productos de la fábrica, con la única condición de internar a Eli, una pequeña niña con retraso mental, en una institución para su cuidado (y para que su presencia no sea contraproducente a la promoción de los productos). Eli, a quien todos quieren, aunque la culpen de sus problemas, pide a Jojo que le cuente una historia. En este punto se mezcla la realidad de un grupo de saltimbanquis fracasados con la fantasía, donde Eli es una princesa de 20 años, en un palacio de cristales de colores donde lo tiene todo, no siendo todo sino reflejos que su amigo espejo Kalophain le trae para mantenerla consigo, dando muestras de su propio egoísmo. Entre tantas imágenes, Eli ve la imagen del Príncipe Joan, quien no es más que Jojo, pero de 21 años, apuesto y galante, creador del mundo del mañana, donde todo lo que existe es por su propia imaginación. Mientras Eli se enamora de la imagen de Joan, el príncipe está pronto a elegir esposa, según las costumbres de su propio mundo. Sin embargo, ninguna de las candidatas es de su agrado, resaltando su convicción de contraer matrimonio por amor, más que por cumplir con una tradición.

Kalophain, en su egoísmo, hace un pacto con Angramain, la araña, quien representa el mal, y con ayuda del espejo engaña al príncipe Joan, para desterrarlo y adueñarse del mundo del mañana. Eli, en su desdicha, decide volverse mortal para salir a buscar a su amado príncipe Joan, olvidando también su pasado, de tanto tiempo que vagó sin rumbo.
De vuelta a la realidad, Eli y los saltimbanquis se encuentran esperando a Jojo, quien se ha ido hace 3 semanas; al momento de su regreso, regala a Eli un pedazo de espejo, diciéndole que es su más preciada posesión, pues el espejo tiene el reflejo de una hermosa princesa. Al ver su reflejo, Eli recupera la memoria, y se da cuenta que Jojo es su amado príncipe Joan, quien al ser tocado por Eli recupera a su vez su propia memoria; así, invita a los saltimbanquis a ir con ellos a su mundo del mañana, encontrándose con un mundo completamente diferente a lo que había dejado, tal había sido la obra de Angramain. Mediante sortilegios, Joan, Eli y los saltimbanquis logran desterrar a la araña malvada, pudiendo retornar al mundo que alguna vez Joan había imaginado para sí. Al caer el alba, las máquinas del complejo industrial se encienden, y los saltimbanquis se alarman, rompen el contrato, pues no están dispuestos a abandonar a Eli, y con mucha incertidumbre y desesperanza, observan cómo las máquinas se acercan, dispuestas a destruir lo poco que tienen en su vida, sus carros de circo, pero perseverando en su amistad y su amor.

Jojo, Historia de un Saltimbanqui, nos representa un mundo sin esperanzas, triste y cruel para un grupo de artistas fracasados, en el que sin embargo prevalece la amistad y el amor, girando principalmente en torno a Eli, la pequeña niña retrasada, que los pone en conexión con su niño interior, y Jojo, el payaso que sólo conoce una canción, quien les recuerda que más allá del éxito, la relación con sus amigos es más importante, con quienes ha conformado una relación más de familia. Como personajes encontramos a los saltimbanquis: Bux, el ventrílocuo, y su muñeco Ottokar, quien hace las veces de voz imprudente, dándole escape a los pensamientos más oscuros de su manejador; Jussuf, el mago, y Pippo, el malabarista, quienes representan los personajes optimistas, quienes tratan de ver el lado positivo y de buscar opciones para su situación; Lola, la equilibrista, quien representa en cierta forma la desesperanza, tratando de encontrar una razón a todas sus desgracias; y por último, Wilma, la lanzadora de cuchillos, quien representa la voz de la acusación, la agresividad, ligera en repartir culpas y sembrar un manto de tensión en el grupo, pero a su vez siendo la fortaleza que necesitan para tomar la decisión final.


En definitiva, en Jojo, historia de un saltimbanqui, se mezcla un mundo de realidad sombría con una fantasía llena de esperanza, pero también con oscuridad, donde la fuerza del amor y de las convicciones propias traen claridad a un grupo de amigos, una familia, que pasa una situación difícil, pero que se tienen unos a otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario