viernes, 15 de febrero de 2019
miércoles, 13 de febrero de 2019
VIOLETA CUMPLE TRES AÑOS Y CONCEDE ENTREVISTA. Por Juan Miguel Villegas Jiménez. 13 de julio de 2010 a las 20:27
-Una laaarga entrevista con Violeta, a punta de dedos de chocolate y tornillos de pasta con salsa de jamón y queso-
Violeta nació el 12 de julio de 2007. Tres años después, habla por primera vez con la prensa. Para lograr la primera parte de esta entrevista fue necesario recurrir a la vieja táctica del soborno. Por cada tres o cuatro preguntas, la niña recibió un trozo de dedito de chocolate. De otra manera habría sido necesario perseguirla de su cuarto al primer piso, del primer piso al rincón de los juguetes, y de ahí a la cocina. Por fortuna, cada vez que huyó de la rueda de prensa bastó un grito de “¿Quién quiere deditos de chocolate?” para tenerla otra vez a merced nuestra. Debido a la cantidad de preguntas recibidas desde el ciberespacio, los apoderados de la menor exigieron suspender la reunión hasta el día siguiente, pues la agenda de la la pequeña incluía asistir a una función de Toy Story 3 y visitar algunos seres queridos. La segunda sesión fue posible gracias a un plato de pasta con jamón y queso y a la paciencia de los reporteros que soportaron los desaires, las distracciones y el fastidio habitual en una niña azotada por semejante lluvia de preguntas. De manera que la continuidad y fluidez de la entrevista es sólo aparente. El siguiente es el resultado del esfuerzo hecho por varias agencias informativas y por los generosos lectores que ayudaron a nutrir el cuestionario:
¿Tú sabes qué es una entrevista?
...¿Qué?
Es que alguien te hace muchas preguntas.
Papá, a mi me gustan los elefantes.
Me parece muy bien. Ahora cuéntame, ¿tú cómo te llamas?
Violeta Villegas Gutiérrez.
¿Cuántos años tienes?
Tres (mostrando tres dedos de la mano derecha)
¿Te gusta tener tres años?
Sí.
¿Cuántos años te gustaría tener?
Ocho años.
¿Dónde vives?
En esta casa.
¿Y dónde queda esta casa?
En Colombia.
¿Cómo se llaman tus papás?
Juan Miguel Villegas, y Silvia Luz Gutiérrez.
¿Qué has hecho hoy?
¿Tú me cuentas la historia de esta ranita? (mostrando una rana de plástico)
Pero después de que me respondas qué has hecho hoy, ¿bueno? ¿Qué hiciste por la mañana?
Por la mañana hice bien.
¿Y qué más hiciste?
Hice más bien.
¿Qué es lo que más te gusta hacer?
Me gusta hacer bien.
Bueno, ¿pero qué más te gusta hacer?
Me gusta sacar todos los juguetes. Además yo hago unos morritos (de juguetes). Me gusta quitarme la ropa y bañarme. Me gusta hacer unos ratones de plástico.
¿Qué es lo que más te gusta comer?
Sopa con lentejas.
¿Si un hada te preguntara qué comidas quisieras que aparecieran aquí en tu pieza, qué le dirías?
Señora hada: yo quiero un aguacate.
¿A dónde te gusta ir de paseo?
A Unicentro a comer helado de chocolate con vainilla mezclado con sandía.
¿Y a dónde te gusta ir de paseo con tus papás?
Al mar.
¿Y a dónde te gusta ir de paseo con los amigos?
Es que me da mucha risa.
¿Cuáles son tus juguetes favoritos?
Los pájaros de plástico.
¿Y los muñecos que más te gustan?
Los hipopótamos.
¿Qué opinas de las entrevistas?
Ya no quiero más hablar de las entrevistas.
(Después de una larga pausa...)
¿Cuál es tu color favorito?
El negro, y el rosado.
¿Qué canciones te gustan?
Las de Johny Cartucho, y las de los Indios Pirulines. (Ambas de la Sinfonía Inconclusa en 'La' Mar, de Piero)
¿Qué libros te gustan?
Los del chigüiro. Los de Blanca Nieves. Y los de las lámparas.
Pero no tenemos libros de lámparas...
Pero mañana compramos uno en una tienda.
¿Qué películas te gustan?
La de la Bella y la Bestia. Y la de la vieja.
¿La de la vieja? ¿Cuál es esa?
Mmm... La de la abeja. (Bee Movie).
¿Y los programas de televisión que más te gustan?
Los Backyardigans. Y Jorge El Curioso.
¿Cuáles son tus deportes favoritos?
El fútbol, y el basquetbol.
¿Cuáles son los animales que más te gustan?
A mí me gustan las mariposas.
¿Y cuáles más?
Me gustan los antílopes, y los leones.
¿Qué es una familia?
Es cuando uno almuerza abajo. (En el comedor todos juntos, y no arriba viendo t.v)
¿De qué te acuerdas cuando eras bebé?
Que me hicieron un disfraz de florecita con un pantalón de hojitas. (Su primer disfraz, aún presente en fotos por ahí...)
¿Qué quieres ser cuando seas grande?
Que voy a poder usar las tijeras.
¿Cómo se llama el amiguito o la amiguita que más quieres?
La compañera de mi guardería Pelusa, se llama Abril.
¿Y qué juegas con Abril?
Juego leones, y a las cebras.
¿Y de qué hablas con ella?
De los leones, de los marranos y de las cebras.
¿Qué es lo que más te gusta de tus papás?
Me gusta que los papás me cojan manzanas.
¿Las personas para qué viven?
Mmmm.... ¿Para qué viven? Para que uno las salve de leones. O cuando están en muros o en hielo.
¿Qué se siente dormir una siesta?
Es cuando uno duerme.
¿Y qué se siente?
Se siente bien.
¿Tú tienes un amigo imaginario?
Sí
¿Cómo se llama?
Jérran.
¿Y cómo es Jérran?
Es muy pequeño porque es un bebecito.
¿Y dónde vive?
En una casa pequeña.
¿Y qué juegas con él?
A que tiramos pelotas así (salta).
Si tú eres blanca, ¿por qué te llamas Violeta?
Porque soy muy blanca como la nieve.
Si mezcláramos el rojo y el azul, ¿sabes qué color aparece?
Cuando uno mezcla un color con otro, se convierte en otro color.
¿Y si mezclamos rojo y azul? (Se procedió a hacer la prueba científica)
¡Violeta! (Eso dijo. No morado, ni púrpura ni fucsia...)
¿Qué crees que aparecería si mezcláramos muchas flores rojas y cielos azules?
Ns/Nr
¿Tú eres capaz de meter la punta de la nariz en tu ombligo?
No soy capaz de tocarme la nariz con la lengua... Sólo puedo saltar y correr.
¿Te gusta que te preguntan si quieres más a tu papá o a tu mamá?
Yo te quiero muchísimo... (Abrazo espontáneo).
¿Qué es lo que más te ha gustado de estos 3 años de vida?
Me gusta mi cumpleaños.
¿Por qué?
Porque era muy divertido.
¿Qué es Dios?
Es cuando uno pide un deseo y le regalan un regalo.
¿Qué sentimientos te han gustado más de los que has aprendido?
Ns/Nr
¿Si pudieras convertirte en un animalito, en cuál te convertirías?
Es que yo solo quiero ser una niña, porque a mis compañeros les da mucho susto convertirme en un animal.
¿Te hubiera gustado tener una hermanita gemela, una hermanita igualitica a tí?
Ns/Nr
¿Has tenido sueños cuando duermes?
Sí.
¿Te acuerdas de un sueño que te haya gustado?
Es que estoy jugando con mi pelota porque las personas piensan que yo soy un fantasma metido en esta casa, pero yo soy Violeta que juego con mi pelota... (Respondió mientras jugaba con una pelota)
¿Qué opinas de los adultos? ¿De las personas grandes?
Las personas adultas salvan a los hijos.
¿Quién vive en el cielo?
Los pájaros.
¿Y quién más?
Los gavilanes.
¿Te gusta más el papá de pelo largo o de pelo corto?
De pelo corto.
¿Por qué?
Porque me parece muy lindo.
¿Te gusta vivir en Medellín o quieres irte para otra ciudad?
Para Caquetá. (Tiene un rompecabezas de espuma con el mapa de Colombia).
¿Por qué para Caquetá?
Porque es una ciudad muy bonita y me gusta mucho y me encanta mucho mucho mucho.
¿El papá te da todos los juguetes que quieres, o no?
Sí.
¿Cuál color te gusta más? ¿El rojo o el verde?
Me gusta el café.
Pero entre el rojo y el verde...
Me gusta más el rojo.
¿Tú sabes qué es un periodista?
Cuando uno lee un periódico.
¿Qué se siente que tus papás sean periodistas?
Que a uno lo abrazan.
Medellín, julio 13 de 2010
El reto de entrevistar a tu propia hija. Por Juan Miguel Villegas Jiménez. Publicado por la Revista Comfama
¿Ustedes qué le pedirían a un hada que les ofreciera hacer aparecer cualquier comida de un solo golpe?
Cuando Violeta cumplió tres años le hicimos esa pregunta y esto dijo:
"¡Señora hada, quiero un aguacate!"
Fue sólo una de las muchas preguntas de una entrevista muy larga con la que, a juzgar por los testimonios de esos días, mucha gente se divirtió y hasta se inspiró para aplicarle interrogatorios a otros infantes.
Hace unas semanas la revista de Comfama me pidió reencauchar esa entrevista con las mismas preguntas... pero formuladas hoy, ocho años después.
Y este fue el resultado. O una parte, porque el espacio obligó a escoger sólo algunas de las respuestas más reveladores/chistosas/bonitas.
La verdad, nosotros nos divertimos mucho y hasta quedamos con ganas de seguir jugando a las preguntas.
¡Que la disfruten!
En la primera escena hay una niña de tres años, vestido claro y ojos achinados. Es tranquila y se mueve sin descanso por toda la casa detrás de algún juguete. Tras ella van su papá o su mamá con una libreta en la mano y una larga lista de preguntas formuladas por ellos y sus amigos.
La entrevista dura casi dos días. Para lograr que respondiera fue necesario ofrecerle varios pares de deditos de chocolate o suculentos platos de espagueti.
En la segunda escena hay una mujercita de once años sentada, tranquila y sonriente, en el borde de su cama. Un mechón de pelo teñido de azul marino y una camisa ancha y corta, a la moda, como de jugador de fútbol americano. Los ojos achinados. Han pasado ocho años y medio desde la primera entrevista.
Esta vez, con las mismas preguntas de entonces y algunas adicionales, la sesión dura menos de una hora.
Julio de 2010: Violeta, ¿te gusta tener tres años?
-Sí.
Febrero de 2019: Violeta, ¿te gusta tener once años?
-Sí, es chévere, uno ya es más libre.
-Sí.
Febrero de 2019: Violeta, ¿te gusta tener once años?
-Sí, es chévere, uno ya es más libre.
-¿Libre para qué?
-Para uno poder expresarse…
-Para uno poder expresarse…
-¿Y es que cuando eras chiquita no te podías expresar?
-No, uno cuando es bebé no se puede expresar, uno es ahí llorando y no
puede decir nada…
-No, uno cuando es bebé no se puede expresar, uno es ahí llorando y no
puede decir nada…
¿Qué es lo que más te ha gustado de estos años de vida?
2010: Mi cumpleaños… Porque era muy divertido.
2019: Uhmmm, que he mejorado como persona. ¡No, mentiras, viajar!
Conocer nuevos lugares, ¡hasta me gusta la comida de los aviones, que a
nadie le gusta!
2010: Mi cumpleaños… Porque era muy divertido.
2019: Uhmmm, que he mejorado como persona. ¡No, mentiras, viajar!
Conocer nuevos lugares, ¡hasta me gusta la comida de los aviones, que a
nadie le gusta!
¿Cuáles son tus juguetes favoritos?
2010: Los pájaros de plástico.
2019: Es que no tengo juguetes… Y ya saqué los peluches de mi vida…
-Pero tú pasas mucho tiempo con la tablet o el celular…
-Ah, bueno, el celular sí, ¡lo amo!
2010: Los pájaros de plástico.
2019: Es que no tengo juguetes… Y ya saqué los peluches de mi vida…
-Pero tú pasas mucho tiempo con la tablet o el celular…
-Ah, bueno, el celular sí, ¡lo amo!
-¿Lo amas? ¿Por qué?
-Porque es muy lindo… tiene sentimientos, a veces llora y se recuesta en
mi hombro…
-Jajaja
-Mentiras, no, porque es muy entretenido… Uno ahí ve series, cosas, YouTube…
-Porque es muy lindo… tiene sentimientos, a veces llora y se recuesta en
mi hombro…
-Jajaja
-Mentiras, no, porque es muy entretenido… Uno ahí ve series, cosas, YouTube…
-¿Y qué opinas de los adultos que nos preocupamos porque los niños
pasen mucho tiempo en los celulares o tablets?
-Que qué ‘sad’ (triste), a uno lo deberían dejar ser libre… Aunque también
es malo cuando pasan demasiado tiempo y ya no se pueden despegar, ya
no hablan con la gente, y no, tampoco… Hay que ser creativo, porque uno
tampoco puede llenar su mente de bobaditas…
pasen mucho tiempo en los celulares o tablets?
-Que qué ‘sad’ (triste), a uno lo deberían dejar ser libre… Aunque también
es malo cuando pasan demasiado tiempo y ya no se pueden despegar, ya
no hablan con la gente, y no, tampoco… Hay que ser creativo, porque uno
tampoco puede llenar su mente de bobaditas…
Si pudieras convertirte en un animalito, ¿en cuál te convertirías?
2010: Es que yo solo quiero ser una niña, porque a mis compañeros les da
mucho susto convertirme en un animal.
2019: En un koala… porque son muy tiernos y duermen mucho. Pero no
un koala bebé, porque se comen el popó de la mamá. Como el eucalipto es
venenoso ellas lo procesan y los bebés se comen eso…
2010: Es que yo solo quiero ser una niña, porque a mis compañeros les da
mucho susto convertirme en un animal.
2019: En un koala… porque son muy tiernos y duermen mucho. Pero no
un koala bebé, porque se comen el popó de la mamá. Como el eucalipto es
venenoso ellas lo procesan y los bebés se comen eso…
¿Qué es una familia?
2010: Es cuando uno almuerza abajo. (En el comedor todos juntos, y no
arriba viendo TV.)
2019: Es algo que está conformado por mamá, papá, hijos o hijo, y un
perrito o un gatito. Y puede haber familias separadas, o familias adoptivas,
o en las que los papás no están entonces están los abuelos, y así son felices…
2010: Es cuando uno almuerza abajo. (En el comedor todos juntos, y no
arriba viendo TV.)
2019: Es algo que está conformado por mamá, papá, hijos o hijo, y un
perrito o un gatito. Y puede haber familias separadas, o familias adoptivas,
o en las que los papás no están entonces están los abuelos, y así son felices…
¿Las personas para qué viven?
2010: Mmm…. Para que uno las salve de leones. O cuando están en muros
o en hielo.
2019: Yo no sé, en realidad… Uhm… La gente vive para ser feliz…
Básicamente… Aunque hay unos menos felices que otros. A unos les
interesa más la plata, a otros las cosas, a otros les interesa mucho más la
familia, a otros los animales… Y a otros simplemente ser felices.
2010: Mmm…. Para que uno las salve de leones. O cuando están en muros
o en hielo.
2019: Yo no sé, en realidad… Uhm… La gente vive para ser feliz…
Básicamente… Aunque hay unos menos felices que otros. A unos les
interesa más la plata, a otros las cosas, a otros les interesa mucho más la
familia, a otros los animales… Y a otros simplemente ser felices.
¿Qué es Dios?
2010: Es cuando uno pide un deseo y le regalan un regalo.
2019: Un señor que crearon por ahí… y que supuestamente está en las nubes.
2010: Es cuando uno pide un deseo y le regalan un regalo.
2019: Un señor que crearon por ahí… y que supuestamente está en las nubes.
-¿Cómo así?
-Pues, como no se les ocurrió ninguna explicación lógica sobre cómo se
creó el mundo entonces dijeron “ay, creemos un dios”.
-Pues, como no se les ocurrió ninguna explicación lógica sobre cómo se
creó el mundo entonces dijeron “ay, creemos un dios”.
¿Y qué opinas de la religión?
-Ah, que es algo en lo que la gente tiene fe, y es bueno, es lindo porque la
gente está confiando en algo…
-Ah, que es algo en lo que la gente tiene fe, y es bueno, es lindo porque la
gente está confiando en algo…
¿Te gusta vivir en Medellín o quisieras irte para otra ciudad?
2010: Para Caquetá. (Tenía un rompecabezas de espuma con los
departamentos de Colombia).
2010: Para Caquetá. (Tenía un rompecabezas de espuma con los
departamentos de Colombia).
-¿Por qué para Caquetá?
-Porque es una ciudad muy bonita y me gusta mucho y me encanta mucho
mucho mucho. (Nueve años después sigue sin haber ido al Caquetá).
2019: Ay, a mí me encanta Medellín.
-Porque es una ciudad muy bonita y me gusta mucho y me encanta mucho
mucho mucho. (Nueve años después sigue sin haber ido al Caquetá).
2019: Ay, a mí me encanta Medellín.
-¿Por qué?
-Porque están mis amigas y mi colegio y mi gimnasia y mi vida… Me iría
a estudiar más grande a otro lugar, pero en este momento Medellín. ¡Sería
horrible donde me cambiaran de ciudad o de país!
-Porque están mis amigas y mi colegio y mi gimnasia y mi vida… Me iría
a estudiar más grande a otro lugar, pero en este momento Medellín. ¡Sería
horrible donde me cambiaran de ciudad o de país!
¿Qué opinas de las entrevistas?
2010: Ya no quiero más hablar de las entrevistas.
2019: Lo mejor del mundo, me encantan. Porque cuando uno responde
preguntas está ahí como pensando en cosas específicas… Y también me
encanta llenar formularios… Muy rarito, pero bueno.
2010: Ya no quiero más hablar de las entrevistas.
2019: Lo mejor del mundo, me encantan. Porque cuando uno responde
preguntas está ahí como pensando en cosas específicas… Y también me
encanta llenar formularios… Muy rarito, pero bueno.
¿Tú sabes qué es un periodista?
2010: Cuando uno lee un periódico.
2019: Alguien que investiga las cosas y se las cuenta al mundo como son.
2010: Cuando uno lee un periódico.
2019: Alguien que investiga las cosas y se las cuenta al mundo como son.
¿Y qué se siente que tus papás sean periodistas?
2010: Que a uno lo abrazan.
2019: Bien, ¡porque le comunican al mundo las cosas como son, y eso me
enorgullece!
2010: Que a uno lo abrazan.
2019: Bien, ¡porque le comunican al mundo las cosas como son, y eso me
enorgullece!
(¡Abrazo!)
martes, 12 de febrero de 2019
Crónicas de opio sobre Rafael Chaparro Madiedo. Por JUAN DAVID MONTOYA ALZATE | El Colombiano, 10 de septiembre de 2012
Un fumador de tiempo completo, un hombre de pocas palabras, un escritor que quería ser gato. Así describe Alejandro González a Rafael Chaparro Madiedo, el autor de esa novela de culto llamada Opio en las Nubes.
Crónicas de opio, libro de González editado por Hombre Nuevo y lanzado esta semana en la Fiesta del libro, es un nuevo testimonio sobre ese escritor “fumador, introspectivo y que parecía malaclase por lo tímido”.
Filósofo de los Andes, novelista, cuentista y guionista de programas de televisión como Zoociedad, Quack y La brújula mágica, sus seguidores saben bien que parte del éxito de estas series de principios de los 90 se debió al trabajo que adelantó junto a figuras creativas como Jaime Garzón, Euduardo Arias y Karl Troller.
Otros detalles no son tan conocidos. Crónicas de opio recoge testimonios inéditos de personas cercanas, como su padre, Rafael Chaparro; su esposa de 1991 a 1992, Ava Echeverri; el poeta y mentor Manuel Hernández; el dramaturgo Fabio Rubiano o su jefa en el diario La Prensa, Ana María Escallón, para quien Chaparro Madiedo era un
filósofo de tenis que “escribía en su computador como componiendo canciones de rock”.
Por sobre todas, las de los Rolling Stones. Un admirador de Mick Jagger, John Lennon y Julio Cortázar que se movía por Bogotá en un Renault 4 color beige, algunos de sus amigos lo llamaban Chaparrock; los jurados que le dieron el Premio Nacional de Literatura en 1992, Virus Cocker, como su pseudónimo; los del La Prensa, el sapito de Niza. De Niza, porque pasó su niñez en esta zona de Bogotá; Sapito, porque se hinchaba con las medicinas que le prescribían para controlar el lupus que padecía.
“Si por un lado estaban el cine, el rock y la literatura, por el otro la cortisona, que a diario tenía que tomar junto con otros medicamentos”, le dijo Ava Echeverri a Alejandro González.
Lucky, Marlboro y principalmente los Piel Roja eran sus cigarrillos preferidos. “El tabaco es una especie de mar extraño por donde navegan las ideas. Unas se van con el humo. Otras se quedan”, escribió Chaparro Madiedo en 1995. “El humo de los Pielroja que le salía por la boca era una extensión de sus palabras”, recuerda el periodista
Ignacio Ramírez.
Si hoy se conoce de su vida y de su escasa obra, advierte Alejandro González, se debe a que sus lectores no lo dejaron morir.
Cuando Opio en las nubes fue publicado gracias al premio de Colcultura, vio la luz con apenas 2.000 copias. Como la obra de Pink Tomate y Amarilla era escasa y apetecida, los lectores se robaban los libros de las bibliotecas públicas, los fotocopiaban.
Dice Alejandro que el mito creado a partir de Opio en las nubes y Chaparro Mediedo fue alimentado por el rock, por una tradición literaria que empieza con Andrés Caicedo. “Que vos te encontrés con que no todo es Macondo sino que hay un montón de literatura que te habla de las cosas que a vos te gustan, eso genera culto. Y si a eso le sumás que te leés el libro de alguien que se muere joven, y que existe la leyenda de que murió de sobredosis y solo dejó ese libro, eso también ayuda al mito”.
Solo mitos, pues en 2010 la Universidad de Antioquia publicó Zoológicos urbanos: Historias mutantes de Rafael Chaparro Madiedo, una recopilación de textos periodísticos, también a cargo de Alejandro González. Fresca está la tina de El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes, novela póstuma publicada este año por Editorial Tropos que hace un homenaje a los Beatles, el Sargento pimienta y su banda de corazones solitarios.
Otro de los grandes hallazgos del trabajo de González es un libro de cuentos llamado Siempre es saludable perder sangre. Claudia Sánchez, la mujer que vio morir en sus brazos al escritor gato de apenas 31 años, tiene en su poder este manuscrito que se mantiene inédito.
“El otro descubrimiento de Chaparro es que no era drogadicto y no era alcohólico”. Quién sabe entonces de dónde el opio y el trip trip trip, porque, como cuenta González, Rafael Chaparro “no se murió de sobredosis sino de lupus, una enfermedad poco rockera”.
Crónicas de opio, libro de González editado por Hombre Nuevo y lanzado esta semana en la Fiesta del libro, es un nuevo testimonio sobre ese escritor “fumador, introspectivo y que parecía malaclase por lo tímido”.
Filósofo de los Andes, novelista, cuentista y guionista de programas de televisión como Zoociedad, Quack y La brújula mágica, sus seguidores saben bien que parte del éxito de estas series de principios de los 90 se debió al trabajo que adelantó junto a figuras creativas como Jaime Garzón, Euduardo Arias y Karl Troller.
Otros detalles no son tan conocidos. Crónicas de opio recoge testimonios inéditos de personas cercanas, como su padre, Rafael Chaparro; su esposa de 1991 a 1992, Ava Echeverri; el poeta y mentor Manuel Hernández; el dramaturgo Fabio Rubiano o su jefa en el diario La Prensa, Ana María Escallón, para quien Chaparro Madiedo era un
filósofo de tenis que “escribía en su computador como componiendo canciones de rock”.
Por sobre todas, las de los Rolling Stones. Un admirador de Mick Jagger, John Lennon y Julio Cortázar que se movía por Bogotá en un Renault 4 color beige, algunos de sus amigos lo llamaban Chaparrock; los jurados que le dieron el Premio Nacional de Literatura en 1992, Virus Cocker, como su pseudónimo; los del La Prensa, el sapito de Niza. De Niza, porque pasó su niñez en esta zona de Bogotá; Sapito, porque se hinchaba con las medicinas que le prescribían para controlar el lupus que padecía.
“Si por un lado estaban el cine, el rock y la literatura, por el otro la cortisona, que a diario tenía que tomar junto con otros medicamentos”, le dijo Ava Echeverri a Alejandro González.
Lucky, Marlboro y principalmente los Piel Roja eran sus cigarrillos preferidos. “El tabaco es una especie de mar extraño por donde navegan las ideas. Unas se van con el humo. Otras se quedan”, escribió Chaparro Madiedo en 1995. “El humo de los Pielroja que le salía por la boca era una extensión de sus palabras”, recuerda el periodista
Ignacio Ramírez.
Si hoy se conoce de su vida y de su escasa obra, advierte Alejandro González, se debe a que sus lectores no lo dejaron morir.
Cuando Opio en las nubes fue publicado gracias al premio de Colcultura, vio la luz con apenas 2.000 copias. Como la obra de Pink Tomate y Amarilla era escasa y apetecida, los lectores se robaban los libros de las bibliotecas públicas, los fotocopiaban.
Dice Alejandro que el mito creado a partir de Opio en las nubes y Chaparro Mediedo fue alimentado por el rock, por una tradición literaria que empieza con Andrés Caicedo. “Que vos te encontrés con que no todo es Macondo sino que hay un montón de literatura que te habla de las cosas que a vos te gustan, eso genera culto. Y si a eso le sumás que te leés el libro de alguien que se muere joven, y que existe la leyenda de que murió de sobredosis y solo dejó ese libro, eso también ayuda al mito”.
Solo mitos, pues en 2010 la Universidad de Antioquia publicó Zoológicos urbanos: Historias mutantes de Rafael Chaparro Madiedo, una recopilación de textos periodísticos, también a cargo de Alejandro González. Fresca está la tina de El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes, novela póstuma publicada este año por Editorial Tropos que hace un homenaje a los Beatles, el Sargento pimienta y su banda de corazones solitarios.
Otro de los grandes hallazgos del trabajo de González es un libro de cuentos llamado Siempre es saludable perder sangre. Claudia Sánchez, la mujer que vio morir en sus brazos al escritor gato de apenas 31 años, tiene en su poder este manuscrito que se mantiene inédito.
“El otro descubrimiento de Chaparro es que no era drogadicto y no era alcohólico”. Quién sabe entonces de dónde el opio y el trip trip trip, porque, como cuenta González, Rafael Chaparro “no se murió de sobredosis sino de lupus, una enfermedad poco rockera”.
Leer a Rafael Chaparro Madiedo da miedo. Por Paula Arenas Canal.
Y da miedo porque dicen que el lupus -la enfermedad con la que vivió Cabeto cada día de su vida- se hereda de la mamá y también dicen que en la mujeres el lupus se instala haciendo la vida más difícil y dolorosa, pero no mata. En cambio, el lupus en los hombres es una sentencia a muerte, sentencia que Chaparro pospuso con cada página que escribió, con cada dibujo que pintó, con cada cigarrillo que se fumó.
Leer a Chaparro a mis 52 años, como no lo hice a los 32, es un reencuentro con la literatura. Es un reencuentro con un amigo que no conocí y que sí conocí, con un amigo que tal vez no fue mi amigo, aunque sí, fue amigo y fue compañero de universidad, y fue cómplice; fue el que se inventó el nombre de Zoociedad y a quien dedicamos el primer capítulo de Conjunto cerrado porque se murió justo cuando estábamos reiniciando en la televisión, él conmigo y yo con él.
Da miedo la primera persona de su obra. Leer los cuentos de Chaparro es descubrir que fue pianista en los burdeles de París, ladrón de libros en Londres, cazador de tigres en el Alto Volta, mujer víctima de su amante. No le dio miedo a Chaparro ser mujer y eso lo convierte en mi héroe. Da miedo leer a este joven, gran Borges de Niza Etapa 2, que en cada lectura reencarna en pez, en paloma, en perro, en demonio o en Pink Tomate, el gato de Opio en las nubes.
Y da miedo leer a Chaparro porque él, que conoció la fecha de vencimiento de su empaque, vivió más que toda nuestra generación junta; lo leo y reconozco en cada cuento un ejercicio anticipatorio de (una posible) muerte como para descifrarla, para imaginarla, o sólo para espantarla: en este cuento voy a morir comido como pescado frito, en este otro, en cambio, voy a morir asesinado por el autor de mi libro; hoy seré el cazador cazado y reducido a una cabeza trofeo; hoy moriré como mueren las mujeres a manos de sus amantes; hoy me suicido, hoy me mato. Murió todas las muertes posibles, o casi todas, menos la de morir de viejo o de aburrimiento.
Y da miedo el dolor. Leer a Chaparro es leer el dolor. Duelen los pedazos de vidrio en la sangre, duele el ahogo en los pulmones llenos de humo, duele el corazón roto del desamor, duelen “los murmullos mientras los huesos se (pudren) en el interior del cuerpo”, duelen los días no vividos, los personajes no inventados, los viajes no realizados, los cigarrillos sin fumar. Me duele Chaparro.
También duele leer la genialidad, duele no haberla celebrado con él con una botella de whiskey en la mano y bailando I can´t get no… ¡no, no, no!, como sí celebramos nuestra mediocridad, porque con ese coro que cantamos como un mantra, Mick Jagger se jodió en nuestra generación: nunca plenos, nunca nada suficientemente bueno, nunca satisfechos.
https://youtu.be/IxIxsoLQ0II
*Paula Arenas es filósofa con estudios en cine y televisión. Desde 1990 trabaja en el diseño y desarrollo de proyectos para televisión entre los que se encuentran Zoociedad y Quac. Desde el año 2011 hace parte del equipo de Señal Colombia como asesora de contenidos y promoción del canal.
Entrevista a Andrés Caicedo.
Entrevista única a Andrés Caicedo pirateada del aire por Luis Ospina y Eduardo Carvajal. Subtitulada por Sandro Romero y Karen Roa.
https://youtu.be/LGVI0dHjKZI
Luis Andrés Caicedo Estela (Cali, Valle del Cauca, Colombia; 29 de septiembre de 1951 – ib., 4 de marzo de 1977) fue un escritor colombiano nacido en Cali, Valle del Cauca, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida. A pesar de su prematura muerte, su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. Caicedo lideró diferentes movimientos culturales en la ciudad vallecaucana como el grupo literario los Dialogantes, el Cineclub de Cali y la revista Ojo al Cine. En 1970 ganó el I Concurso Literario de Cuento de Caracas con su obra "Los dientes de caperucita", lo que le abriría las puertas a un reconocimiento intelectual. Escribió que vivir más de 25 años era una insensatez, lo que es visto por muchos como la razón principal de su suicidio el 4 de marzo de 1977 cuando tenía tan sólo 25 años de edad y había recibido una copia del libro editado por una editorial Argentina.
La obra de Caicedo hace relevancia a la sociedad urbana y sus problemas sociales, principalmente con respecto al mundo actual. Su literatura simboliza la masificación del cuerpo como objeto de consumo en el límite de la dinámica de intercambio, constituyéndose así como un visionario de los cambios sociales derivados del modelo económico.
Contrario a la escuela literaria del realismo mágico, la obra de Caicedo se inspira completamente en la realidad social, lo que ha hecho que algunos estudiosos le den la importancia como alternativa en Latinoamérica a figuras prominentes como la de Gabriel García Márquez. Especialmente el periodista, escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet sigue la obra de Caicedo, al cual llama «el primer enemigo de Macondo». A pesar de su fama en Colombia, Caicedo es poco conocido en América Latina, seguramente debido a su temprana muerte. Sin embargo, la permanente organización de su producción literaria y la influencia que tiene en nuevas generaciones de escritores como Rafael Chaparro, Efraím Medina, Octavio Escobar Giraldo y Ricardo Abdahllah, hacen que cada vez más cobre gran valor el aporte literario del "escritor con cara de estrella del pop", como lo llama el chileno Alberto Fuguet.
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